"Hola, amigos. Hoy vamos a hacer albóndigas", así comienza el vídeo de una de las recetas más famosas del canal de Daniel Serrano, un pequeño cocinero de tan solo tres años que ha cautivado a los españoles durante esta cuarentena. "Y qué es lo que tenemos para la receta", pregunta el padre. "Gusanos", responde Daniel refiriéndose a la carne picada.

La espontaneidad y sinceridad de este pequeño cocinero no tiene límites. Gracias a esto, los vídeos se están haciendo virales en todas las redes sociales. A parte de explicar paso a paso recetas tradicionales de nuestro país y cómo hacerlas fácilmente con niños, el humor de Daniel traspasa las pantallas y divierte al espectador. Muchos niños se han animado a seguir los pasos de Daniel y aprender a cocinar. Con recetas fáciles primero, se adentran en el mundo culinario y prueban nuevos alimentos.

Si tus hijos son aficionados a este tipo de canales y, además, son unos apasionados de la cocina, pueden adentrarse en este mundo y grabar, con ayuda de los adultos, varias recetas. Aún son pequeños para ponerse al frente de los fogones e igual da miedo verlos con los cuchillos, pero esto se puede solucionar con un kit de cocina a medida y mucho ojo durante las grabaciones.

Como el pequeño Daniel sabe en sus vídeos, es básico en la cocina un delantal y un trapo para tener siempre todo muy limpio siempre. Un taburete que permita a los pequeños llegar hasta la encimera, sin necesidad de adaptar la cocina, y utensilios de goma, mucho más apropiados por ser más seguros. No hay que olvidar la supervisión de un adulto en todo momento.

Para abrir un canal de YouTube sin permiso de un adulto, debes tener al menos 14 años. Por eso, es necesario que las cuentas de redes sociales de los pequeños las lleven los padres, como es el caso de Daniel, cuyo padre es quien sube los vídeos a Instagram y Twitter. Sin olvidar supervisar comentarios y seguidores.

Con estos canales de cocina, además de entretener y enseñar a los niños, se pueden inculcar hábitos saludables. Si se les permite ayudar en la cocina, o incluso cocinar solos con vigilancia, se sentirán motivados a probar nuevos alimentos que ellos mismos han preparado. Que les gusten ya será otra cosa, claro, pero probarlo los probarán, y si no que se lo digan a Daniel, a quien no le hacen mucha gracia las torrijas, pero las prueba porque las ha hecho él mismo:

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